“Patético. Lo de las carrozas, patético. Quiero
que me explique el homosexual que se toca los huevos, el del calzoncillo de
cuero y las alas de ángel, ése que saca la lengua qué valores le va a dar a su
hijo. Quiero que me lo explique ése, no otro”
Estas fueron mis
palabras el año pasado al ver como una carroza que vomitaba purpurina me impedía
el paso a Leicester Square en el London Gay
Parade. Defendiendo y repitiendo estas palabras durante meses, y no me
retracto, me han tachado de homófobo y machista. Claro que todo esto fue antes
de verme besar a un chico en una discoteca gay el mismo día como prueba de que
no tengo nada en contra de los homosexuales. Desde entonces me he convertido en
un “gay amargado, retrógrado y encerrado en el armario que sale con chicas para
ocultar su homosexualidad”.
Llegados a este
punto he aceptado la estupidez de la gente, en especial de esos homosexuales
que dan saltitos delante de escaparates, que me irritan cada vez que se dirigen
a otro de su género con adjetivos del contrario (¡con la suerte de tener una
riqueza lingüística maravillosa!). No me gusta el “gay lifestyle”.
La discriminación gay no la hacemos los que repudiamos este
estilo de vida o las concentraciones en guetos. No se confundan. Muchos
ignorantes hay que por miedo obedecen al instinto de negar con rotundidad la
aceptación de la homosexualidad. Siento decepcionaros a los que pensáis que yo
pertenezco a esa clase. La discriminación la fomentáis los que tacháis de homófobos
a los que os repudian por creeros mejores por ser homosexuales
Es verdad que no
creo en la igualdad, y por este principio tengo argumentación suficiente para
no apoyar los derechos de cualquier ser diferente a mí. No me importa si la
igualdad es machista, sexista, racista o cultural. Por prueba no más lejos de
la científica ningún ser es igual y por su muestra no creo en los derechos
igualitarios para gente en superioridad o inferiodad de condiciones frente a
una misma situación.
No creer no
significa que me enfrente a su ilegalidad. Apoyo a todo ser que tenga una
causa, pero no me pidan que participe en una causa que no es mía. No dejemos a
los homosexuales que piensen que la culpa es de los heterosexuales por seguir
adoptando niños gays.
Puede ser que el
valor mediático muestre a los homosexuales en carrozas y semidesnudos, pero eso tiene una solución muy obvia. No hacer una cabalgata llena de hombres afeminados
guiados por la lujuria..¿Igualdad pedís? ¿Dónde están las carrozas de la
heterosexualidad?.
No le demos a la
homosexualidad más importancia de la que tiene, debemos enfocarlo como lo que
es: una condición sexual Y recordémosle a los homófobos que la heterosexualidad
no es lo normal sino lo común.
¡Feliz semana del Orgullo
2012!