Quizás yo no haya vivido en Madrid, pero si he vivido la Movida con hermanos que me hacían oír a Siniestro Total, Nacha Pop, Alaska y los Pegamoides y Un pingüino en mi ascensor.
La Movida es un tema muy interesante para la entrada de un blog. No sólo porque la música haya ayudado a Tamara a motivarse diciendo: "pff, había grupos que cantaban peor"...y los había, si no porque la Movida fue una muestra de expresión radikal de todo lo que España no había podido expresar en 20 años. Esta compresión temporal no sólo ha llevado a que todo tipo de personas hicieran en 10 años lo que Europa en 30, sino que también se han ganado el mote de "Los Años Locos" como evoca una mítica canción de El Canto del Loco. Esto ha hecho que se clasifique a los nacidos en esta década en tres generaciones distintas, pues tanto los medios audiovisuales como la música, la tecnología y las condiciones sociales no eran las mismas en el 81, el 85 o en el 89.
Aunque la Movida haya "físicamente" terminado en 1986 con la actuación de Las Vulpes en el programa de Carlos Tena por su letra que rozaba la anarquía y no la democracia, la Movida no se acabó para algunos hasta el año 88 con la difusión de "Don't worry, be happy" (canción americana que arrastraría la fiebre de los smileys que ahora se utilizan de emoticonos)
Actuación de Las Vulpes
Los que hayamos tenido la suerte de empaparnos con grupos y tele de la Movida como Alaska y la Bola de Cristal (1984 - 1988) hemos conocido gente que ha entendido la droga. Somos gente que ha visto como la heroína ha pasado de ser un sello generacional a una forma estúpida de diversión que en el año 1990 creó el inicio de campañas de prevención de drogas por parte del Gobierno. Desde 2007 el Gobierno ya no hace campañas de este tipo, ha aceptado el hecho de su inutilidad y ahora informa de como el VIH no es una enfermedad alarmante.
Pero mientras Argüello cambiaba la C de Copyright por la R de Registrado la música seguía sonando por garitos como el Penta. De hecho, "La chica de ayer", de Nacha Pop (la mejor canción del pop español considerada por expertos y la revista Rolling Stone) nombra este santuario musical donde decenas de grupos con letras de canciones dignas de un morfinómano cantaban canciones que oíamos en los tocatas, como las de la Unión. Ahora ese morfinómano, como muchos otros vividores de la Movida (sígase el ejemplo de Ramoncín) siguen chupando la sangre de una década que sólo les reporta fama de decadentes y viejos progres.
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