jueves, 28 de junio de 2012

EL ORGULLO NO ESTÁ EN LA CARROZA


“Patético. Lo de las carrozas, patético. Quiero que me explique el homosexual que se toca los huevos, el del calzoncillo de cuero y las alas de ángel, ése que saca la lengua qué valores le va a dar a su hijo. Quiero que me lo explique ése, no otro”

Estas fueron mis palabras el año pasado al ver como una carroza que vomitaba purpurina me impedía el paso a Leicester Square en el London Gay Parade. Defendiendo y repitiendo estas palabras durante meses, y no me retracto, me han tachado de homófobo y machista. Claro que todo esto fue antes de verme besar a un chico en una discoteca gay el mismo día como prueba de que no tengo nada en contra de los homosexuales. Desde entonces me he convertido en un “gay amargado, retrógrado y encerrado en el armario que sale con chicas para ocultar su homosexualidad”.

Llegados a este punto he aceptado la estupidez de la gente, en especial de esos homosexuales que dan saltitos delante de escaparates, que me irritan cada vez que se dirigen a otro de su género con adjetivos del contrario (¡con la suerte de tener una riqueza lingüística maravillosa!). No me gusta el “gay lifestyle”.

La discriminación gay no la hacemos los que repudiamos este estilo de vida o las concentraciones en guetos. No se confundan. Muchos ignorantes hay que por miedo obedecen al instinto de negar con rotundidad la aceptación de la homosexualidad. Siento decepcionaros a los que pensáis que yo pertenezco a esa clase. La discriminación la fomentáis los que tacháis de homófobos a los que os repudian por creeros mejores por ser homosexuales

Es verdad que no creo en la igualdad, y por este principio tengo argumentación suficiente para no apoyar los derechos de cualquier ser diferente a mí. No me importa si la igualdad es machista, sexista, racista o cultural. Por prueba no más lejos de la científica ningún ser es igual y por su muestra no creo en los derechos igualitarios para gente en superioridad o inferiodad de condiciones frente a una misma situación.

No creer no significa que me enfrente a su ilegalidad. Apoyo a todo ser que tenga una causa, pero no me pidan que participe en una causa que no es mía. No dejemos a los homosexuales que piensen que la culpa es de los heterosexuales por seguir adoptando niños gays.

Puede ser que el valor mediático muestre a los homosexuales en carrozas y semidesnudos, pero eso tiene una solución muy obvia. No hacer una cabalgata llena de hombres afeminados guiados por la lujuria..¿Igualdad pedís? ¿Dónde están las carrozas de la heterosexualidad?.

No le demos a la homosexualidad más importancia de la que tiene, debemos enfocarlo como lo que es: una condición sexual Y recordémosle a los homófobos que la heterosexualidad no es lo normal sino lo común.

¡Feliz semana del Orgullo 2012!

No hay comentarios:

Publicar un comentario