viernes, 1 de junio de 2012

LA PROHIBICIÓN DE INTERNET


Internet es quizás el arma más poderosa del siglo en el que vivimos. Se dice que Internet lo tiene todo. “Todo” es un concepto muy peligroso. Voy a evitar hablar ya del acceso a las compras, a la pornografía y a las redes sociales…

Internet es una fuente de información masiva de gran utilidad. Gracias a ella podemos saber que pasa en la otra parte del mundo. Esto es increíble, sobretodo cuando no sabemos qué le pasa a nuestro vecino. La preocupación es que quién no sabe discernir entre la buena y la mala información, que en su mayoría son la audiencia de canales que ofrecen pleno entretenimiento, no debería tener acceso a la plataforma digital. Nos  ahorraríamos, entre otras cosas,  la inutilidad de que el padre tenga que controlar lo que el hijo está haciendo.

El mundo ha funcionado mejor cuando los derechos eran sólo para los adultos. Los padres veían la tele y echaban a los hijos de la TV. Esto nunca ha creado un trauma a ningún niño. Les enseñaban que las películas tenían contenidos no apropiados como muestras de violencia o vocabulario no apropiado.

Internet oferta a los niños la posibilidad de obtener la información de un adulto. De igualarlos.  La invención de un “control parental” está muy bien, pero no olvidemos que los niños saben, ya incluso antes de ser adolescentes, desenvolverse mejor que el padre en la red. Si cuando recibimos información no sabemos organizarla corremos el riesgo de mal educarnos. Hay que formarse para saber que sólo hay que creer la mitad de lo que veamos. Después debemos ser inteligentes y saber qué mitad creer.

El niño debería ser instruido en lo que le rodea y lo que los libros le enseñan. Prohibir Internet a los menores hasta estar formados y saber discernir entre la útil e inútil información los acostumbraría a esforzarse, a encontrar la información que necesitan, entre libros y enciclopedias. Sólo tendrían lo que necesitan para desarrollarse y aprenderían valores educativos que hoy se han perdido. El acceso a Internet se podría concebir como el premio de un padre a un hijo por su buena educación.

Aunque ya algunos echaran la culpa a las consolas, al menos los niños se reunían para jugar. Es responsabilidad del padre no dejar jugar al niño a algo que no cumpla su restricción de edad. El acceso Internet aún ha llevado a los niño a bajarse el juego que quieran, a jugar “juntos” pero cada uno en su casa, a poder actuar con total libertad , a utilizar Internet como una herramienta de mala educación…y no he hablado del “tuenti”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario